El arte barroco en España

LA ESCULTURA
En las representaciones escultóricas, aunque esta actividad estaba destinada a magnificar a la monarquía, hubo un claro dominio de la imaginería religiosa, cuyas figuras formaban parte de retablos o de pasos procesionales. Se realizaba en madera policromada, ya que permitía da mayor realismo, capacidad expresiva y acentuar el dramatismo de la escena. Se distinguieron dos escuelas principales:

• Escuela castellana:

Estuvo representada por la obra de Gregorio Fernández. Sus características las podemos apreciar en la obra de este último La Piedad (1616), destinada al paso de la iglesia de los agustinos de Valladolid.

• Escuela andaluza:

Andalucía se convirtió en un gran foco escultórico con diversidad de talleres, en los que destacaron las obras de Martínez Montañés, Alonso Cano y Pedro de Mena. Este último fue el autor de La Dolorosa.



LA ARQUITECTURA
La arquitectura de la primera mitad del siglo XVII mostraba la influencia del estilo herreriano con edificios sobrios, aunque con una mayor decoración concentrada en determinadas partes de las fachadas. Posteriormente se impulso la estética barroca con un dominio de las líneas curvas y una abundante decoración en el interior y exterior de los edificios.







      


LA PINTURA
El siglo XVII fue uno de los más brillantes de la pintura española. Predominaron los temas religiosos, pero también se trabajaron retratos y bodegones, con temas mitológicos e históricos. Se distinguieron tres escuelas:

• Escuela valenciana

Mostró influencias de la pintura italiana con contrastes de luces y un gran colorido en las representaciones. Destacaron Francisco de Ribalta y José de Ribera.

 

• Escuela andaluza

Se distinguió por el naturalismo, unos composiciones más simples, un menor dramatismo en las expresiones y colores más fríos que los de valencia. En la primera mitad del siglo XVII sobresalió la obra de Zurbarán, pintor de temas monásticos y visiones místicas, y en la segunda mitad se impulso una pintura más popular representada por la obra de Murillo y la de Alonso Cano.

• Escuela madrileña

Contó con el genio más importante del siglo XVII: Diego de Silva y Velázquez (1599-1660). Nació en Sevilla, donde se formó y, posteriormente, se trasladó a Madrid. Allí fue nombrado pintor del rey Felipe IV y realizó obras como La fragua de Vulcano y Las hilanderas, en las que consiguió captar la perspectiva aérea con gran perfección, por lo que ha sido denominado "el pintor de la verdad".